Lo importante no es la aeronave sino la información que puede ofrecer
Entrevista a Raul de Santos, Product Manager del Fulmar, Thales en España
¿EN QUÉ PROYECTO DE AERONAVES REMOTAMENTE PILOTADAS (RPAS) TRABAJA THALES EN ESPANA?
Junto con Wake Engineering, estamos desarrollando Fulmar, un sistema pilotado remotamente, de ala fija, con un peso máximo al despegue de 20 kilos, lo que lo sitúa en el rango de los mini-UAV –vehículos aéreos no tripulados, por sus siglas en inglés–, con altas prestaciones que se asemejan a las de los UAV tácticos. Tiene una autonomía de más de ocho horas, un alcance superior a los 80 kilómetros y está pensado para portar cámaras giro-estabilizadas. Adicionalmente, Thales fabrica otras plataformas entre las que destaca el Watchkeeper, utilizada por el Ejército de Reino Unido: un UAV de más de 450 kilogramos y unas prestaciones mucho más avanzadas, con capacidad de equiparse con doble sensor.
¿CÓMO SURGIO EL PROYECTO FULMAR?
¿POR QUÉ THALES ESPANA DECIDE EMBARCARSE EN ESTA TECNOLOGÍA?
El proyecto se inició en una pequeña empresa del País Vasco. Thales España vio su potencialidad y asumió un control más cercano, incorporando a Wake Engineering como socio tecnológico, con un centro de desarrollo y fabricación en Getafe.
¿CUÁL ES LA PROYECCIÓN COMERCIAL DEL FULMAR?
Es una tecnología con alcance en los ámbitos civil y militar. Estamos dirigiendo nuestros esfuerzos hacia tres mercados potenciales: el primero es satisfacer las necesidades futuras de las Fuerzas Armadas españolas. En segundo lugar, queremos atender al mercado internacional; en 2016 se firmó el primer contrato para Asia. La tercera gran área es Latinoamérica, por proximidad, cultura y relaciones de negocio.
¿EN QUÉ SE DIFERENCIA EL FULMAR DE OTRAS PLATAFORMAS SIMILARES EXISTENTES EN EL MERCADO?
Fundamentalmente en su capacidad de despliegue, rápida y sencilla. Se lanza con una catapulta elástica y en menos de media hora el sistema está montado y listo para operar, desde cualquier lugar más o menos despejado, y en cualquier circunstancia meteorológica. Se recoge con un sistema de red desplegable automáticamente. Esto nos permite no depender de ninguna infraestructura terrestre, haciendo innecesaria una pista para su despegue o aterrizaje. Proporciona además largo alcance y autonomía, con posibilidad de incorporar varios tipos de sensores: cámaras giro-estabilizadas, nano SAR, radares pequeños, inteligencia de comunicaciones, inteligencia de electrónica...
¿SE ESTÁ AVANZANDO EN LA TECNOLOGÍA DE SENSORES?
Hace unos años nadie podría haberse planteado lo que iba a suponer la telefonía móvil. Aquí ocurre lo mismo, pero aplicado al mundo de los RPAS. Cada vez aportaremos más prestaciones a estas aeronaves y sin incrementar su peso, al ser los sensores cada vez más ligeros.
¿QUÉ CARACTERÍSTICAS TIENE EL EQUIPO HUMANO QUE TRABAJA EN EL PROYECTO FULMAR?
Somos 30 personas –la mayoría ingenieros– operando en distintas áreas: diseño, I+D, equipos de vuelo, etc. Es un equipo muy joven, muy formado y con mucha experiencia. Estamos convencidos de que es una actividad con un gran futuro. Tenemos las instalaciones de la empresa Wake Engineering, en Getafe, en desarrollo conjunto con Thales España. Además, queremos posicionarnos como empresa tractora en el campo de la aviación remotamente pilotada. Estamos trabajando con firmas que suministran productos para el Fulmar, por ejemplo, el autopiloto o los sistemas de recuperación avanzados, que se despliegan automáticamente y que son capaces de embarcarse en buques. Gracias a su colaboración con Thales, estas empresas generan oportunidades para acceder a nuevos mercados.
¿SON LOS RPAS REALMENTE TAN SEGUROS?
Por supuesto. Los sistemas RPAS, como el Fulmar, están preparados para ejecutar una operación completamente automática. Desde el lanzamiento hasta la recuperación, todo está sistematizado, fijándose unos puntos de paso y unas alturas. Esta programación y planeamiento se puede modificar en tiempo real. En caso de pérdida de comunicación con el sistema, el aparato está capacitado para retornar a un punto inicialmente programado.
¿CÓMO SERÁ EL SECTOR A MEDIO PLAZO?
Ofreceremos mayor variedad de aplicaciones en los vehículos actuales. Los avances nos permitirán volar a distancias más lejanas, durante más tiempo. Obtendremos imagenes con mayor precisión. Lo importante no es la aeronave sino la información que puede ofrecer. Ahí está el margen de mejora.
SIEMPRE CON ALGUIEN CONTROLANDO SU FUNCIONAMIENTO...
Efectivamente. Es necesario que una persona experta en el sistema verifique, en cada momento, la actuación de los RPAS.
¿NO LE PARECE QUE EUROPA SE ESTÁ QUEDANDO ALGO RELEGADA EN ESTA TECNOLOGíA?
En el campo militar puede que Estados Unidos e Israel estén desarrollando sistemas más avanzados, dada su propia experiencia en su uso. Pero en el campo civil tenemos la oportunidad de un lanzamiento equiparable, ya que Europa lleva más tiempo desarrollando aplicaciones de RPAS en este entorno.
Por ello debemos demandar a las autoridades que impulsen su legislación.