Pago sin contacto, una opción responsable para limitar el contagio
Desde que comenzó la crisis originada por la pandemia del COVID-19, algunos hábitos en los ciudadanos se han modificado. En las últimas semanas debido al confinamiento se ha producido un descenso en la circulación del dinero en efectivo debido a la caída drástica de su retirada en cajeros automáticos, así como el aumento de las compras online.
En sus compras de alimentos y enseres esenciales durante el periodo de confinamiento, y el regreso gradual a la normalidad con la apertura de comercios y restaurantes, los ciudadanos evitan el uso del dinero en metálico en sus pagos minimizando así el riesgo de contagio por contacto, haciendo un mayor uso de sus tarjetas de crédito y aplicaciones de pago en sus teléfonos móviles. Si la tecnología de sus dispositivos de pago lo permite, se está evitando también el uso de datáfonos donde se solicita un contacto a la hora de teclear el PIN.
The Futurist Group, una firma de servicios de información y consultoría de innovación de productos, publicó un análisis en marzo que compara los sentimientos de los consumidores (desde el 3 de marzo de 2020) con la importancia de la falta de contacto antes de la propagación del virus. La compañía señala que el 38% de los consumidores que han probado una opción de tarjeta de crédito sin contacto dijeron es una función indispensable, un 26.6% superior a antes de la pandemia.
Si bien las opciones de pago sin contacto están en constante crecimiento, entre las tendencias más seguras se encuentran la tarjeta biométrica. El Foro Económico Mundial apuesta por un futuro sin contraseñas, y el Grupo de Acción Financiera Internacional fomenta la incorporación digital en lo que parece un impulso conjunto para una mayor autenticación biométrica como incremento de la seguridad.
En 2020 ante la nueva realidad que vivimos, la verificación de huellas digitales se puede usar como un nuevo método de verificación del titular de la tarjeta (CVM) en lugar del código PIN o de la firma, ya que la tarjeta verifica su dedo en el sensor en menos de un segundo, evitando así que el consumidor tenga que manipular el datafono.
Esto mismo ofrecen las tarjetas digitalizadas en un wallet móvil, como por ejemplo en las aplicaciones de ApplePay, SamsungPay, GooglePay, o de los mismos bancos. Aunque el cliente todavía tiene que utilizar un dispositivo de pago para interactuar con el datáfono, la autenticación del cliente se hace en el mismo móvil (en la mayoría de los casos mediante la biometría como la huella), y no hace falta teclear el PIN ni siquiera por encima del límite establecido.
Establecer una nueva norma
Por otra parte, también es posible impulsar la adopción del pago sin contacto a través de los gadgets o wearables, que los bancos han asociado en el pasado a targets específicos como jóvenes, deportistas, mujeres, niños, etc., o bien se utilizaba en eventos en los que no se acepta pago en efectivo como festivales, estadios y parques de atracciones.
Estos dispositivos tienen la ventaja de una disponibilidad directa, no hay que extraerlos de un bolsillo o de la chaqueta, lo que facilita su uso en estos momentos en los que es obligatorio el uso de guantes en las tiendas y establecimientos comerciales.
En marzo, cuando la pandemia del Covid-19 se extendió por Europa, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) dijo que "alentaba a los consumidores y comercios a tomar las precauciones sanitarias necesarias al proporcionar o utilizar terminales de punto de venta para pagar los bienes en tienda que requieran un PIN, incluso considerando todos los métodos de pago disponibles, como pagos sin contacto o remotos ". La EBA también alentó a las empresas de pago a aumentar los límites de pago sin contacto, cuando sea posible, a 50 euros por transacción.
La tecnología de pago sin contacto se impondrá para facilitar una conducta que evite la propagación del virus, cumpliendo además con la seguridad que deben tener las diferentes opciones de pago para garantizar las transacciones de los clientes. Ha llegado el momento en el que las entidades ofrezcan una mayor variedad de tarjetas y dispositivos que faciliten el pago sin contacto que mejor se adapte a las necesidades del cliente.
Juniper Research pronostica que las transacciones anuales sin contacto a nivel mundial alcanzarán casi $ 6 billones (5.5 billones de euros) en 2024, frente a los $ 2.000 millones en 2020.
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