El proyecto de Gestión de Tráfico Aéreo Sesar y la Navegación 4d
La llave para el futuro sistema de gestión del tráfico aéreo en Europa es SESAR. Auna la visión común de distintos actores sobre los desafíos pendientes y su voluntad de unificar el espacio aéreo europeo, asociada a una modernización tecnológica y a una adecuación de los sistemas para dar respuesta a la demanda actual y al crecimiento futuro.
SESAR, cuyo origen se remonta a 2004, cuando la UE adquiere competencias en la gestión del trafico aéreo, y es similar al proyecto NextGen en Estados Unidos, Lidera el desarrollo y el despliegue del nuevo sistema europeo de gestión del tráfico Aéreo. Es la única vía para realizar I+D en gestión de tráfico en Europa y su hoja de Ruta la trazo un consorcio en el que participaron desde aerolíneas, hasta fabricantes Aeronáuticos –Thales, por ejemplo, participó activamente en la fase de definición– pasando por aeropuertos y proveedores de servicios de navegación aérea.
La fase de desarrollo del programa SESAR, que comenzó en 2009, incluye las tareas de investigación y desarrollo previstas en el plan estratégico y cuenta con un presupuesto de 2.100 millones de euros. Estos fondos los aportan, a partes iguales, la Comisión Europea y Euro control, y la industria, que cifran en más de 30.000 millones la fase de despliegue, que contempla la implantación a gran escala del Programa hasta 2030. Enaire, gestor aeroportuario español y proveedor de servicios de navegación aérea, es uno de los socios de referencia del programa. Lidera el área de operaciones aeroportuarias y participa en 95 de los 300 proyectos que aglutina el programa.
En total, su contribución a SESAR asciende a unos 74 millones de euros, con una Cofinanciación máxima de 36,4 millones. Thales, por su parte, participa en NextGen y en Clean Sky –cuyo objetivo es lograr que el transporte aéreo sea más sostenible y competitivo– y también juega un papel decisivo en la gestión del tráfico aéreo, participando en todos los programas y siendo una de las empresas que más personal ha aportado para impulsar esta iniciativa común europea. Uno de los proyectos en los que colabora la compañía es la aplicación de la tecnología 4D a la gestión del tráfico aéreo. En 2012, Airbus realizó un ensayo sobre la misma en un vuelo desde Toulouse a Copenhague y a Estocolmo. Su principal ventaja es que reduce el consumo de combustible y de emisiones de dióxido de carbono.
SESAR, cuyo origen se remonta a 2004, cuando la UE adquiere competencias en la gestión del trafico aéreo, y es similar al proyecto NextGen en Estados Unidos, Lidera el desarrollo y el despliegue del nuevo sistema europeo de gestión del tráfico Aéreo. Es la única vía para realizar I+D en gestión de tráfico en Europa y su hoja de Ruta la trazo un consorcio en el que participaron desde aerolíneas, hasta fabricantes Aeronáuticos –Thales, por ejemplo, participó activamente en la fase de definición– pasando por aeropuertos y proveedores de servicios de navegación aérea.
La fase de desarrollo del programa SESAR, que comenzó en 2009, incluye las tareas de investigación y desarrollo previstas en el plan estratégico y cuenta con un presupuesto de 2.100 millones de euros. Estos fondos los aportan, a partes iguales, la Comisión Europea y Euro control, y la industria, que cifran en más de 30.000 millones la fase de despliegue, que contempla la implantación a gran escala del Programa hasta 2030. Enaire, gestor aeroportuario español y proveedor de servicios de navegación aérea, es uno de los socios de referencia del programa. Lidera el área de operaciones aeroportuarias y participa en 95 de los 300 proyectos que aglutina el programa.
En total, su contribución a SESAR asciende a unos 74 millones de euros, con una Cofinanciación máxima de 36,4 millones. Thales, por su parte, participa en NextGen y en Clean Sky –cuyo objetivo es lograr que el transporte aéreo sea más sostenible y competitivo– y también juega un papel decisivo en la gestión del tráfico aéreo, participando en todos los programas y siendo una de las empresas que más personal ha aportado para impulsar esta iniciativa común europea. Uno de los proyectos en los que colabora la compañía es la aplicación de la tecnología 4D a la gestión del tráfico aéreo. En 2012, Airbus realizó un ensayo sobre la misma en un vuelo desde Toulouse a Copenhague y a Estocolmo. Su principal ventaja es que reduce el consumo de combustible y de emisiones de dióxido de carbono.
La gestión de la trayectoria 4D se basa en una función del avión de predicción y transmisión de los datos a tierra, lo que redunda en un itinerario más exacto y permite optimizar la planificación del vuelo al prescindir de las instrucciones vectoriales de los controladores. El resultado es una reducción de los tiempos de espera del avión durante el aterrizaje, ya que los flujos de tráfico son más previsibles.
UNA NUEVA GESTIÓN DE TRÁFICO AÉREO
Esta nueva tecnología, de momento en fase experimental, se implantará progresivamente a partir de 2018. Además del modelo 4D, otro eje de trabajo de Thales es conseguir que dos aviones con la misma trayectoria en el aire sean capaces de mantener la distancia de separación sin las indicaciones de un controlador aéreo. De este modo, los nuevos sistemas de aviónica podrían suplir al controlador aéreo en zonas remotas donde no llegan los radares, lo que se traduciría en una nueva gestión del tráfico aéreo; mejora de la seguridad y de la eficiencia operativa.
Por otra parte, la apuesta por modernizar el sistema de gestión del tráfico aéreo Está suponiendo también avances no solo en vuelo, sino también en el aeropuerto, con soluciones como Digital Taxi, que permite al piloto saber cuál es su posición a través de mapas digitales, indicándole la trayectoria desde la pista de despegue para minimizar el riesgo de colisiones.
Por otra parte, la apuesta por modernizar el sistema de gestión del tráfico aéreo Está suponiendo también avances no solo en vuelo, sino también en el aeropuerto, con soluciones como Digital Taxi, que permite al piloto saber cuál es su posición a través de mapas digitales, indicándole la trayectoria desde la pista de despegue para minimizar el riesgo de colisiones.